Este abanico es uno de los especiales, ya que se lo pinté a mi abuela, y con mucha tristeza volvió a mis manos. Es curioso los recuerdos que te pueden llegar a traer un objeto. Me viene a la mente el día que se lo pinté, le pedí que me lo dejara, que se lo devolvería en unos días. Cuando lo vio se puso muy contenta, ya tenía abanico personalizado y con su nombre!, para que nadie se lo quitara, jeje, gastaba genio. Lo hice con todo mi cariño para ella, la última de mis abuelos. Después de 3 años sigue oliendo a ella.
Estaría bien que se personalizara con olor! Sería curioso... Un abanico con olor a claveles!, lo estudiaré. UMMM!! abanicarte y que te llegue ese dulce olor a clavel...... Es uno de mis olores preferidos. Me lleva al balcón de mi madre en el mes de mayo, con todas las macetas llenas de sus rebosantes claveles rojos, sentada en un taburete al solecito y charlando con ella, o mas bien enredando, que somos bastante enredonas, siempre pensando organizar algo. Ummm! sentir el calorcito.... no lo cambio por nada del mundo.
Es precioso!!
ResponderEliminarAcuérdate de poner título a la entrada ;)
TE LO COMPROOOOO, CUANTO VALE?????!!!!
ResponderEliminaryo te pinto uno nuevo, pero esta tiene un lado sentimental que no puede pagarse con dinero! Se que no es el clavel lo que tu quieres hermana!
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